Disfemia
La disfemia, comúnmente conocida como tartamudez, es un trastorno del habla que afecta a la fluidez. Se manifiesta con repeticiones de sonidos, palabras o frases, prolongaciones de sonidos, bloqueos del habla, e interjecciones. Suele ser la manifestación de la interacción entre factores orgánicos, psicológicos y sociales.
Tipos
Se observan tres tipos de disfemia:
- Neurogénica: es debida a una lesión cerebral, por lo que es adquirida.
- Del desarrollo: es la más común. Suele aparecer entre los 2 y 5 años cuando el menor está desarrollando el lenguaje. Se debe vigilar por si aparecen mecanismos para superar estas disfluencias como tensión muscular o evitar hablar, ya que el trastorno se puede cronificar.
- Psicógena: no suele ser común y puede ser debido a un trauma psicológico severo.
En función del tipo de disfluencia en el habla se clasifican en tres tipos:
- Tónica: son interrupciones por espasmos. Se observa rigidez y tensión facial. Suele tener peor diagnóstico.
- Clónica: se caracteriza por repeticiones de sílabas y palabras. Es más frecuente que las repeticiones ocurran en las consonantes y al principio de las palabras.
- Mixta (tónico-clónica): es el más frecuente, y es la combinación de la sintomatología de los dos anteriores.
Tratamiento
En Zenther planteamos una intervención con un abordaje multifactorial, ya que las disfluencias del habla son solo la punta del iceberg y hay que tratar múltiples factores que subyacen:
- Relajación: hay que buscar el estado óptimo de la musculatura orofacial implicada, evitando realizar esfuerzos y compensaciones para evitar los bloqueos, que lo único que hacen es generar mayor tensión.
- Respiración: es esencial establecer un adecuado patrón respiratorio, y así se conseguirá realizar una adecuada coordinación fonorrespiratoria.
- Fonación: a través del trabajo de la respiración y relajación, debemos propiciar la correcta articulación de los sonidos que sufren los bloqueos.
- Ritmo del habla y volumen: las personas con disfemia tienden a hablar más deprisa y a bajar mucho el volumen para intentar enmascarar (con pocos resultados) sus bloqueos. Se debe trabajar el enlentecimiento del discurso y aumentar la amplitud para conseguir una mejora en la inteligibilidad del habla y los bloqueos.
- Entonación: en esta parte nos centramos en la prosodia del habla, la cual es la acentuación y la tonalidad que le damos al habla. En los casos de disfemia observamos una entonación plana y monocorde. Mejorando esto conseguimos que los bloqueos y la tensión disminuyan.
- Generalización: cuando llegamos a estar parte del tratamiento, consideramos que estamos en la última fase de la terapia. Consiste, básicamente, en aplicar y afianzar todo lo aprendido que hemos expuesto anteriormente en la vida diaria.